Continuamos
nuestra aventura por el Camino de Santiago 2019, un año después de
nuestra última etapa de Atapuerca a Rabé de las Calzadas.
El día 1 de Julio:
Salida desde Gran
Canaria a Madrid, para continuar en guagua desde Madrid a Burgos para seguir
hacia Rabé de las Calzadas. noche en el Hotel Corona de Castila, en
Burgos.
Martes 2 de Julio
Rabé de las Calzadas-Olmillos de Sasamón
Por la mañana empezamos la ruta.
Rabé de las Calzadas, situada en el centro de la provincia de Burgos, es una pequeña localidad de algo más de 200 habitantes, perteneciente a la comarca de Alfoz de Burgos y situada en la etapa Burgos-Hontanas del Camino Francés, entre Tardajos y Hornillos del Camino.
Pequeña y tranquila villa cuyo sobrenombre -«de las Calzadas»- parece proceder de las vías romanas que cruzaron el término municipal, entre ellas, la Vía Quinta que unía las ciudades de Clunia y Sahagún. Numerosos estudios avalan que la ciudad romana de Deobrígula (ciudad de los dioses) estuvo ubicada en este término. El núcleo contaba en época medieval con un castillo. Distancia del Camino de Santiago desde Rabé de las Calzadas.
Si estás recorriendo el Camino de
Santiago o estás planificando hacerlo próximamente, debes saber que la
distancia que separa Rabé de las Calzadas de Santiago de Compostela es de 478
kilómetros.
Olmillos de
Sasamón y Hontanas han sabido
conservar su carácter tradicional. Al salir de Rabé de las Calzadas lo que nos espera es, simplemente, la meseta castellana.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaxNS_gGklvgoiSnlPXqxcqN7wjwCy5jmNKdYJA7vmd_zEDxAWjRE4Zr7CV4jrL5YNEP2EuXMq5dFNkJkiMu-1cZO3bppzwe8zdh8wf7tq2vS8AngZMC7u1xyGXJmq11B65f_PD75yyO0-/s640/20190701_164506.jpg)
Miércoles 3 Julio
Olmillos de Sasamón-Convento
de San Antón
A 30 kilómetros de Burgos, Olmillos está situado
estratégicamente en un importante nudo viario definido principalmente por la
autovía León-Burgos y la antigua N-120, que coinciden ambas con el trazado
motorizado del Camino de Santiago. Su censo apenas ha quedado reducido a 180
habitantes, cuya población activa vive de la agricultura y de los servicios y,
en menor escala, de la ganadería. Actualmente, sin embargo, la construcción de
un hotel en el castillo de la localidad y la aparición de otras actividades
hosteleras relacionadas con el turismo rural, hacen que se perciba en la
localidad un dinamismo que hace prever un futuro prometedor.
En su
aspecto urbano debe destacarse su carácter concéntrico en torno a la iglesia
dividido por una “y” griega que marcan las viales hacia Sasamón, Villandiego y
salida a la N-120 en dirección a Burgos. En su perímetro periurbano debe
mencionarse un ancho cinturón hortofrutícola hacia el norte y oeste y un
espacio ocupado por las antiguas eras de labranza en el resto.
La villa de Olmillos celebra sus fiestas patronales en honor de la Asunción de la Virgen, titular de la parroquia, los días 15 y 16 de agosto, y como fiesta secundaria de forma tradicional también se ha venido celebrando el 3 de mayo, la fiesta denominada “Cruz de mayo”. Cuenta con asociaciones culturales y recreativas como la de mujeres denominada “Santa Columba” y la de la Tercera Edad.
La villa de Olmillos celebra sus fiestas patronales en honor de la Asunción de la Virgen, titular de la parroquia, los días 15 y 16 de agosto, y como fiesta secundaria de forma tradicional también se ha venido celebrando el 3 de mayo, la fiesta denominada “Cruz de mayo”. Cuenta con asociaciones culturales y recreativas como la de mujeres denominada “Santa Columba” y la de la Tercera Edad.
HISTORIA
Hacia el 850 a C. aparecen por estas comarcas oleadas de invasores pre-celtibéricos que ponen punto final a las culturas del Bronce. Dominan la técnica del hierro y se caracterizan por una renovación de base humana: la indoeuropeización; un tipo de habitat: el castreño, y un ritual funerario: la incineración. Ellos dejan constancia de su presencia en el emplazamiento de Castarreño, castro de altura (923 metros), situado en el borde tabular del cerro más elevado de todo el término y con privilegiada ascendencia sobre los valles fluviales del contorno.
Hacia el 850 a C. aparecen por estas comarcas oleadas de invasores pre-celtibéricos que ponen punto final a las culturas del Bronce. Dominan la técnica del hierro y se caracterizan por una renovación de base humana: la indoeuropeización; un tipo de habitat: el castreño, y un ritual funerario: la incineración. Ellos dejan constancia de su presencia en el emplazamiento de Castarreño, castro de altura (923 metros), situado en el borde tabular del cerro más elevado de todo el término y con privilegiada ascendencia sobre los valles fluviales del contorno.
Relacionados
con los celtíberos deben considerarse los turmogos, que poblaban las parameras
de La Lora y las tierras del centro de Burgos y de Palencia. Estaban
profundamente celtizados en su economía pastoril y organización social
guerrera, evidenciada en las necrópolis de tipo Monte Bernorio y confirmada por
la onomástica.
En la época romana destaca el cercano municipio de Sasamón, donde según Floro instaló su campamento Augusto en sus guerras contra los Cántabros (29-19 a C.). Precisamente paralela a la actual autovía discurría hacia Sasamón la calzada romana llamada Vía Aquitana, que desde Burdeos y Zaragoza se dirigía a Astorga. Bajo la ladera oriental del cerro de Castarreño cruzaba en diagonal otra vía secundaria que, desde el Cantábrico y Amaya, llegaba a Muñó, por una parte, y a Pallantia (Palencia) por otra, a través de Castrojeriz.
En la época romana destaca el cercano municipio de Sasamón, donde según Floro instaló su campamento Augusto en sus guerras contra los Cántabros (29-19 a C.). Precisamente paralela a la actual autovía discurría hacia Sasamón la calzada romana llamada Vía Aquitana, que desde Burdeos y Zaragoza se dirigía a Astorga. Bajo la ladera oriental del cerro de Castarreño cruzaba en diagonal otra vía secundaria que, desde el Cantábrico y Amaya, llegaba a Muñó, por una parte, y a Pallantia (Palencia) por otra, a través de Castrojeriz.
La fundación de la villa hay que situarla en los albores de la
Reconquista, en el siglo X, poco después de que las primeras avanzadillas
foramontanas controlaran el territorio con enclaves de seguridad como fueron
Amaya, Ubierna, Burgos y Castrojeriz. Olmillos toma su nombre de su homónimo
vegetal, el olmo, tan abundante entonces en torno a los riachuelos de su cuenca
hidrográfica. Un siglo más tarde ya aparece documentada (finales del siglo XI),
pero es a comienzos del siglo XII (1102) cuando Alfonso VI concede a Olmillos
uno de los primeros fueros altomedievales que se otorgan en la comarca. Más
tarde, en 1249, el rey Alfonso X el Sabio entregó en arras a su mujer doña
Violante el lugar de Olmillos. Poco tiempo se mantendrá en régimen de realengo,
puesto que doña Violante lo cede a Diego López de Haro, por casamiento con su
hija. Olmillos, pues, pasa al régimen de señorío, en el que permanecerá hasta
la abolición de los señoríos a principios del siglo XIX. En tiempos de Juan II,
Pedro de Cartagena compra el señorío de Olmillos a Diego Gómez de Sandoval y,
hacia 1440, inicia la construcción del castillo.
-EL TEMPLO-
En la construcción del templo parroquial de Olmillos, iniciado hacia 1522, se sigue un modelo singular muy extendido por Gil de Ontañón en la zona oeste burgalesa en el siglo XVI, cual es el modelo de templo de salón, con naves a la misma altura cubiertas con bóveda de crucería ricamente nervada. Las tres naves de cuatro tramos cada una, divididas por seis pilares cilíndricos, se abren a una capilla mayor de fondo poligonal (presbiterio) y a otras laterales en forma de cruz. Los nervios de las bóvedas se introducen directamente en el pilar dándole un aspecto de palmera y la planta del templo es próxima al cuadrado.
En la construcción del templo parroquial de Olmillos, iniciado hacia 1522, se sigue un modelo singular muy extendido por Gil de Ontañón en la zona oeste burgalesa en el siglo XVI, cual es el modelo de templo de salón, con naves a la misma altura cubiertas con bóveda de crucería ricamente nervada. Las tres naves de cuatro tramos cada una, divididas por seis pilares cilíndricos, se abren a una capilla mayor de fondo poligonal (presbiterio) y a otras laterales en forma de cruz. Los nervios de las bóvedas se introducen directamente en el pilar dándole un aspecto de palmera y la planta del templo es próxima al cuadrado.
Aquí
trabaja parte de esa estupenda floración de canteros montañeses que tantos
frutos dejó a lo largo de toda la provincia de Burgos, como Pedro y Juan de la
Nestosa, Juan de la Maza, Juan de la Riba, Juan de Landeras y los García de
Arce, padre e hijo. Hacia 1550 debía estar completamente finalizada la capilla
mayor y el primer tramo de naves, ya que allí se encuentra el sepulcro del
clérigo Diego García, fallecido ese año. Entre 1550 y 1557 las obras fueron
continuadas por Juan de Landeras y Juan de la Riba, quien se ocupó de cerrar la
capilla de San Esteban. Posteriormente, desde 1563, dirige las obras el maestro
de cantería García de Arce, a quien se deben las capillas de San Juan y Santa
Ana, así como la construcción de varios pilares, la escalera del coro y la
portada del oeste. Después se construyó la torre, en la que intervino García de
Arce, hijo del maestro homónimo, finalizándose en 1618.
La capilla mayor, ochavada, muestra una solución interior avenerada, cuya
inspiración hay que buscar en la iglesia del monasterio de La Vid y que se
convierte en habitual en el repertorio de los de la Nestosa, cuya decoratividad
aumenta con la presencia de claves pinjantes y tarjetas enrolladas.
De gran
originalidad resulta el pórtico que acoger la portada sur, con distribución de
doble cuerpo con arcos escarzanos, que habría que poner en relación con el
diseñado por Rodrigo Gil de Ontañón para San Benito de Valladolid.
El retablo mayor corrió a cargo de Diego de Arroyo y Juan de Valtierra y la escultura la hicieron Juan de Pobes y Juan de los Helgueros. Se comenzó en 1654 y concluyó el 1683. Policarpo de la Nestosa, veedor de obras del Arzobispado de Burgos fue el supervisor inicial de los trabajos. Consta de cuatro cuerpos, cinco calles y dieciocho motivos ornamentales, sin incluir la talla de la Virgen sedente con el Niño en brazos, de autor desconocido, del siglo XV, de la anterior iglesia.
El retablo mayor corrió a cargo de Diego de Arroyo y Juan de Valtierra y la escultura la hicieron Juan de Pobes y Juan de los Helgueros. Se comenzó en 1654 y concluyó el 1683. Policarpo de la Nestosa, veedor de obras del Arzobispado de Burgos fue el supervisor inicial de los trabajos. Consta de cuatro cuerpos, cinco calles y dieciocho motivos ornamentales, sin incluir la talla de la Virgen sedente con el Niño en brazos, de autor desconocido, del siglo XV, de la anterior iglesia.
Al salir de Hornillos del Camino,
el panorama es similar al precedente: una interminable pista que asciende por
la meseta cerealista. La única distracción se encuentra en los bordes del
camino, decorados por montones de piedra que sacan los agricultores de sus
cultivos. Cinco kilómetros después de Hornillos nos encontramos con
una Cruz de Santiago. Seguimos y pasamos por el cruce hacia el albergue
San Bol. A partir de este punto encontramos el camino muy embarrado, lo que
dificultó un poco la marcha.
Seis km más
adelante llegamos, por fin, a Hontanas, oculto hasta el último momento.
El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en
castellano, por las numerosas fuentes que hay en este pueblo. En esta localidad
paramos a descansar una media hora y tomamos unos bocadillos de tortilla y
morcilla en el único lugar que encontramos abierto del pueblo: el situado delante de la iglesia.
Seis km más
adelante llegamos, por fin, a Hontanas, oculto hasta el último momento.
El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en
castellano, por las numerosas fuentes que hay en este pueblo. En esta localidad
paramos a descansar una media hora y tomamos unos bocadillos de tortilla y morcilla
en el único lugar que encontramos abierto del pueblo: .
Retomamos la
marcha y bajamos hasta la carretera, que dejamos de inmediato para tomar un
camino que parte a la derecha. Pasamos junto a las ruinas de una torre y
finalizamos al pie de la carretera. La vía carece de arcén y en su lugar se
alza una hilera de fresnos.
Entre Hontanas
y Castrojeriz hay las ruinas del convento de San Antón, de estilo
gótico, cuyos arcos se elevan sobre la carretera y parecen el esqueleto de una
ballena. Fue fundado en 1146 por Fernando
VII y, en él, los monjes trataban a los enfermos de una
gangrena infecciosa conocida vulgarmente como "fuego de San Antón".
Jueves 4 Julio
Convento de san Antón-Ítero de la Vega
Este monasterio fue creado en 1146 por
Alfonso VI. Perteneció a la Orden de los Antonianos. Estos monjes se dedicaban
a curar a los enfermos del fuego de San Antón, una especie de patología
cangrenosa extendida por Europa en los siglos X y XI. La Orden se suprimió en
1789 por bula de Pío VI y el convento fue clausurado por Carlos III dos años
más tarde.
A continuación
abordamos el tramo final de la etapa, una recta de más de dos kilómetros que
nos lleva a Castrojeriz, última villa burgalesa en el Camino de
Santiago. Castrojeriz se esparce en forma de media luna por las
faldas de un cerro con los restos de un primitivo castillo.
Castrojeriz es una localidad, de origen romano, con un extraordinario
patrimonio cultural. Destaca la plaza Mayor, dotada de soportales. Allí se
encuentra el albergue municipal San Esteban de Castrojeriz, lugar
donde nos alojamos.
Miércoles 5 Julio
Ítero de la Vega-Frómista
En
Itero de la Vega entramos en la provincia de Palencia, hasta llegar a Fromista
tras pasar por Boadilla del Camino. Tambien hemos superado el ecuador de
nuestra peregrinación si hemos empezado en Sant Jean Pie de Port o
Roncesvalles, así que ánimo valientes. Fromista cuenta con uno de las
propuestas más generosas del Camino, gran inspiradora de los albergues de
donativo y de acogida tradicional que existen en los distintos Caminos a
Santiago, el creado por Lourdes Lluch hace más de un cuarto de siglo. De Fromista
se dice que es el punto en el que se juntan la fe y la razón, pues allí
coincide el Camino Francés a Santiago con el Canal de Castilla, una obra de
ingeniería de gran trascendencia y complejidad y que permitió un gran
desarrollo de Castilla en su dia, al permitir el trasvase de agua y de
mercancias. Los dos últimos kilómetros antes de Fromista los caminamos junto a
esta magna obra de ingeniería hidráulica.
Iglesia de San Martín
Una de las mejores muestras del románico construida en la segunda
mitad del siglo XI por orden de Doña Mayor de Castilla. Merece la pena
regodearse en cada detalle de la iglesia, incluso percibir la sobrecogedora
energía que desprende el conjunto. Es muy de agradecer también el óptimo estado
de conservación respetando sus características originales, sin elementos
perturbadores. Una joya a nuestros pies de caminantes.
Canal de Castilla
La
exclusa cuádruple existente en Frómista nos da una idea de la complejidad de
esta obra hidráulica. Está ubicada junto a la oficina de turismo de la
localidad. Podemos apreciar su sentido y complejidad (data del siglo XVIII)
durante los dos últimos kilómetros de Camino antes de llegar a Fromista.
Gracias a esta faraónica obra (en parte navegable), Castilla tuvo un notable
resurgir durante aquellos años al permitir el trasvase de agua, madera y todo
tipo de mercancias, sin apenas coste posterior.
3 comentarios:
Fantástico reportaje, muchas gracias Vicente!!
Fantástico reportaje, muchas gracias Vicente!!
Fantástico reportaje, muchas gracias Vicente!!
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